42
Gramos.
Cuando la noche te pretenda, los
cantos serán la unidad
Caerán lágrimas, el amor se siente marchitado
Avisa el camino la venida de Hades
seré tu sostén bajo tierra.
Procurándote, el velo de la noche desliza tu fría piel
Unidad en el canto, se realizará el milagro
El amor se hace fuerte en la oscuridad, la sangre circula
sin parar
la luna te ilumina, mi cuerpo te cobija, no te dejo ir
Te retengo en mí.
Convoco la unidad de los espíritus, la fuerza de los
mares
el canto de los pájaros, la ternura del viento, el calor
del sol
el equilibrio de la tierra y la rendición de la muerte
Conjuro tu corazón bajo los cantos, permanecerás sangre
de mi sangre
Enfrento al destino, no te dejo ir, no sin mí
Cantamos los mortales al ritmo del final
secretos revelados
sangran las dos o no sangra ninguna.
Traslúcidos 21 gramos
El peso que cambió el destino.
Dos almas viajeras
42 gramos embelesan a la muerte con su determinación.
Gabriela E. Zea.
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