(Cuento)
EL
ELEFANTE QUE QUERIA MORIR EN PAZ
Autor:
Pedro Delgado. Caracas, 2002
Una vez llegó un gran circo
a la ciudad capital de un lejano país. Con él, un viejo elefante cansado de
cumplir las funciones propias de cualquier elefante de circo: pararse en dos
patas, correr en círculo con un acróbata en sus lomos, agacharse, acostarse;
etcétera, hasta que un día se sintió agobiado y bastante aburrido.
En su largo itinerario al lado de: payasos,
enanos, trapecistas, malabaristas, la mujer barbuda, el traga fuegos,
domadores; etcétera, la rutina ya le hastiaba. Solo el contacto con algunos
integrantes de la fauna silvestre como: los chimpancés, los tigres de Bengala,
los leones, el oso panda, los caballos trotadores, el mono tití (hacedor de morisquetas), y
compañero del gordo administrador, hacían que su vida se mostrara un poco
compartida.
Viendo que su longeva vida no daba para más,
pensaba muy acongojado la decidida idea de su muerte en paz. Los dictados de su
instinto le decían que debía emprender larga caminata hacia su última morada.
Cómo hacerlo, era el dilema.
Un buen día, el anciano paquidermo, con
mucho ánimo, esperó las horas cómplices de la noche y desarrolló su plan. Para
tal fin cavó un largo túnel de varios kilómetros, desembocando (sin
proponérselo), en el zoológico situado al otro extremo de la ciudad.
A la mañana siguiente, rodeado de jirafas,
monos, tigres, leones, serpientes caimanes, gorilas, hipopótamos, garzas,
cebras y demás integrantes del reino; presintió su hábitat natural y, ufanado
de su famosa memoria, murió creyendo haber llegado a plena selva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario